Querida Margo

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Delzie es terriblemente desgraciada. En sus muchas temporadas  en Londres no le han hecho ni una sola propuesta de matrimonio, cuando su padre muera toda su fortuna pasará a un primo lejano y además, su mejor amiga se ha casado con un capitán de fragata y se ha trasladado a Jamaica.

Para mayor agravio, la lluvia amenaza con arruinar su fiesta de cumpleaños, aunque no tanto como esa visita inesperada de su primo, sí, el mismo que va heredar la fortuna de su padre… y que tiene unas estupendas pantorrillas, además de una voz que es como caramelo cayendo sobre avellanas cayendo  sobre bizcocho. Sobre uno bien húmedo que se deshiciera en la boca.

Quizá, le escribe Delzie a su mejor amiga, haya merecido la pena llegar soltera a la avanzada edad de veinticinco años.

Responde primero a la segunda pregunta

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Ingrid deja atrás su vida de okupa en Londres y aterriza en el aeropuerto de Barajas con el corazón roto.

En Madrid tiene que descubrir una nueva manera de vivir, de crecer y madurar. Por suerte, pronto encontrará un trabajo en una agencia de relaciones públicas en pleno Barrio de Salamanca que le cambiará la vida, y no solo el peinado.

¿Conseguirá dejar atrás su historia londinense? ¿Por qué es tan difícil que te cojan un teléfono en la redacción de un periódico? ¿Encontrará Ingrid el amor? Este libro encierra muchas preguntas y había que comenzar respondiendo una.

La responsabilidad de llamarse Beatriz en la Toscana

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Portada de Carlos Mañas Aldaya.

Se llama Bea y odia la Toscana, aunque se acaba de enterar. Lo ha descubierto justo ahora, en el preciso instante en que le han ofrecido un trabajo allí.

Con lo a gusto que está ella en Madrid, con su novio de toda la vida y esa oposición en el horizonte. Pero claro, si se para a pensarlo, su padre está en paro y en casa les vendría estupendamente el dinero.

Cuando su novio le amenaza con romper con ella si se va, Bea descubre una faceta rebelde que no sabía que llevaba dentro. Se acabó el vivir flojito: se va a ir a la Toscana.

Por desgracia, no será tan fácil porque, aunque todavía no lo sabe, deja atrás una asignatura pendiente.